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Patrimonio Histórico inicia un proyecto de investigación del corazón de Carlos II de Navarra

15 Mayo 2020

El conjunto funerario ha sido devuelto al santuario de Ujué tras su exhibición en la exposición ‘Migravit’ en el Archivo Real y General. El laboratorio de NASERTIC se ha encargado de los análisis genéticos.


El Servicio de Patrimonio Histórico del Ejecutivo foral ha realizado diversas intervenciones en el corazón de Carlos II de Navarra destinadas a retornar a su lugar los objetos en las mejores condiciones de conservación, aplicar tratamientos de estabilización que garanticen su preservación óptima, y obtener datos para iniciar un proyecto de investigación del conjunto funerario.

En concreto, se han tomado muestras microscópicas de los restos de todos los componentes de las piezas, tejidos, ceras, policromías, madera, así como de los restos biológicos, pólenes, fibras o colonias de hongos incluidas, y del propio corazón para hacer el estudio de ADN y antropológico forense.

El pasado 8 de mayo, el corazón fue devuelto al santuario de Ujué / Uxue donde se conserva y custodia por designación del propio monarca, tras completarse el periodo de préstamo para su exhibición en la exposición ‘Migravit, la muerte del príncipe en la Edad Media’ desarrollada en el Archivo Real y General de Navarra.

Todos los componentes y datos, acompañados de material gráfico, se han puesto en manos de diversas disciplinas para que, cuando las circunstancias lo permitan, se puedan elaborar estudios que ayuden a conocer mejor el proceso de embalsamado, la confección de los recipientes de custodia, las distintas intervenciones que ha sufrido el corazón desde su sepultura inicial el 18 de enero de 1387 hasta la actualidad, y todo aquello que la ciencia permita extraer y aportar al conocimiento del corazón del rey.

Este proyecto tiene también la finalidad de iniciar un expediente de declaración de Bien de Interés Cultural para el conjunto funerario, por su valor histórico-artístico y su excepcionalidad, no solo en Navarra, sino en España y en Europa. Son pocos los ejemplos que se pueden observar hoy en día de estos órganos regios sepultados en lugares diferentes del cuerpo del difunto. Recientemente se han estudiado algunos, como el de Ricardo Corazón de León, el de Juan, duque de Bedford, y los trabajos en torno a la sepultura de Enrique II Albret. Este estudio científico abundará en el conocimiento de la dinastía de Navarra y Francia.

El corazón del rey Carlos II de Navarra, una pieza funeraria de gran valor del patrimonio navarro, estuvo expuesto en el Archivo Real y General desde el día 27 de enero hasta el decreto del estado de alarma como consecuencia de la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, y formó parte de la exposición ‘Migravit, la muerte de un príncipe’.

Una de las actividades programadas, y que sí pudo celebrarse, fue la conferencia de la catedrática de Historia Medieval Eloísa Ramírez que explicó detalladamente el origen de la tradición de la evisceración y su utilización como parte del programa propagandístico de la dinastía de los Capeto, linaje al que pertenecía el soberano navarro y cuya reivindicación defendió en la vida y en la muerte.

Participantes en el proyecto

En todo el proceso de exhibición del corazón y del proyecto de investigación han participado profesionales y entidades como el arzobispado de Pamplona-Tudela y la parroquia de Ujué, que han prestado el conjunto funerario; el grupo del proyecto ‘Migravit’, que eligió Pamplona / Iruña para celebrar la exposición; y el Archivo Real y General de Navarra que ha facilitado sus instalaciones para custodiar esta pieza.

Además, han participado las restauradoras Alicia Ancho y Raquel Pérez, que han aplicado todos los tratamientos necesarios; el doctor Francisco Etxeberria,  que tomó las muestras forenses; y el laboratorio Nasertic encargado de los análisis genéticos.

También han tomado parte el Departamento de Biología de la Universidad de Navarra que tomó las muestras biológicas; el gabinete ‘Medicis’ que realizó un TAC; Alex Duró que realizó la fotogrametría; la empresa ‘Muraria’ por la revisión documental y la gestión del diseño expositivo; y la empresa Moreno Valles que trasladó la pieza.

Fuente: navarra.es

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